En este territorio colinar y montañoso, que se extiende entre Barge y Cumiana, pasando por los Valles de Pellice, Chisone y Germanasca, rico en historia y cultura, se producen desde tiempos inmemoriales vinos apreciados por su agradable bouquet y por la rareza de las cepas de las que proceden.

Hay rarezas enológicas que encuentran en la zona de Pinerolo las condiciones ideales para crear vinos únicos y con carácter.
Las variedades de uva piamontesas históricas, como la Nebbiolo y la Barbera, que siempre se han cultivado en estas zonas, enriquecen una producción vinícola que ya incluía este tipo de vinos en el siglo XIX.
Son muchas las referencias históricas de la viticultura en esta zona fronteriza donde los Alpes se encuentran con la llanura piamontesa: desde el Doux d’Henry, una cepa llamada así en honor al rey Enrique IV de Francia, que era un admirador de la misma, hasta el vino Ramìe, una perla enológica que procede de los viñedos en terrazas de la montaña y que fue apreciada por el cardenal Richelieu.